-Luego vendrá alguien a recoger este paraguas. Me lo ha dejado un familiar, ¡cómo llueve¡.
-No se preocupe que se lo guardamos aquí.

Es un ridículo paraguas destartalado, con varillas colgando y chorreando agua. Lo cojo con dos dedos por el mango y me giro para dejarlo en una esquina.
Es justo en ese momento cuando me ve la señora de la limpieza, y dejando a un lado su fregona y con los ojos saltones me lanza una ráfaga de palabras en un tono, no se, como de aficionado al fútbol y me mira a la vez que con el dedo indice tieso me señala un charco de agua en el suelo.
Todo el mundo nos mira, así que cojo su fregona que está al otro lado del hall y paso repetidamente los flecos por el suelo mojado.
Cuando ha pasado un buen rato y no hay nadie en el hall, aprovecho para llamar a la señora de la limpieza a un aparte y le digo:
-María, no aguanto más. ¿Cuando va a terminar ésto? Aquel día que me pillaste espiando por la puerta de aquella sueca de la 405 fué hace mucho y creo que ya es hora de que terminemos con este teatro de mierda.
-Ya, ya. Tu di lo que quieras, pero esto seguirá un poco más. ¿qué sientes cuando alguien te reprende delante de los demás? ¿Eh? Así llevo yo muchos años ya, soportando todo tipo de broncas porque soy la última del escalofón y estoy harta.

Pasaron varios meses, y menuda sorpresa me llevé cuando vi paseando a María por una calle estrecha del pueblo aquel, cogida de la mano de un cliente habitual, que venía casi todas las semanas al Hotel.
"Aquí termina mi calvario" pensé...Aunque según el informe de reservas, el mes que viene se presenta el equipo femenino de hockey sobre hielo Sueco...

Todos hemos visto esas columnas disciplinadas de japoneses con sus cámaras en las manos siguiendo al guía que les está dando explicaciones de todo.
Pues os puedo decir que adoro a los japoneses.
Veréis. Si algo teme cualquier recepcionista de Hotel es la llegada de un grupo grande de habitaciones, más de 20, por ejemplo. De repente el hall se convierte en un caos de gente, maletas, gritos, risas, demandas, preguntas, tienes que asignarles habitaciones, pedir pasaportes, DNIs, firmar un papelito cada habitación...un desbarajuste total.
Pues bién. MIs amigos los japoneses entrarán al hotel sin hablar. Mientras el gran grupo se queda en un segundo plano, el guía (que siempre traen un guía) se acercará al mostrador y después del "good.....lo que sea" colocará una carpeta encima del mostrador y te dará toda la relación de nombres con su correspondiente Nº de pasaporte, te hará un par de preguntas (generalmente donde es el desayuno y a qué hora, el estómago manda) y después de hacerse con todas las llaves, se dará media vuelta doblandose por la cintura con su típico saludo y olvídate de ellos porque inmediatamente informará a todo su grupo de todo lo hablado y desaparecerán hacia las habitaciones solo con el ruido de las ruedas de los equipajes de fondo.
Todo un espectáculo.
Nos facilitan el trabajo de una manera descomunal y no quiero ni pensar que será cuando mañana llegue el grupo de Sevilla que tiene que pasar aquí tres días.. Los grupos españoles es otra historia...se me pone la carne de gallina...Gritos, juramentos, cambieme de habitación que este ronca mucho, esta llave no me pertenece...maletas que se caen, risas, palmas, que dios me coja confesado.

Es una de las cosas que no fallan, las quejas en Recepción. Siempre en Recepción.
Que el TPV de barra de cafetería se ha "colgado", pues a recepción:
-Oye, que esto no va, he marcado pero no...
Que se han olvidado un paraguas en el restaurante, pues a recepción:
_Mire, que ayer, estábamos de despedida mis amigas y yo, y después de haber brindado con champán, muy bueno por cierto, pues, nos fuímos a tomar algo, ya sabe, era una despedida que se casa la semana que viene y...(después de varios minutos)...me dejé el paraguas olvidado.
Que en la oficina, la impresora se ha quedado sin toner, pues oye, no sabrás donde están los toner por casualidad...
Que llueve, pues a recepción todo el mundo, cuando va a dejar de llover, que tiempo este...
Que se ha olvidado el cargador del móvil en casa, pues como en recepción no tienen uno para estos casos...

Y así infinidad de veces.
Como ayer. Una alarma que salta de un coche aparcado enfrente del Hotel de alguien que no tiene que ver nada con el Hotel.
¿Donde llaman dos clientes desde las habitaciones diciendo que hay una alarma que molesta mucho y que cómo no es posible detener ese ruido?
¿No caéis?
A Recepción.
Un compañero dice que si alguien se tira un pedo, inmediatamente vienen a recepción a preguntar quién ha sido (;-)

Joder, 40 € cuando aquí cuesta tres veces más...
Se ve que Bin Laden ha hecho más pupa de la debida...

Por culpa de Carmen y Jaime la historia de 100 palabras titulada "Conductos deferentes" está publicada en Cuentos de Cien Palabras, NO basada en hechos reales, sino que FUÉ un hecho real...

El hombre tenía la cara tapada hasta la altura de los ojos y llevaba un gorro como de nadador verde.
Tarareaba algo de Springsteen que sonaba en una radio colocada en una esquina. Una mujer le ayudaba en lo que hiciera falta con lo que tenía en las manos el de la cara tapada.
-Este ya está. Ahora este otro.
Sigue tarareando mientras yo, boca arriba, miro fijamente los focos redondos que cuelgan del techo mientras pienso quién me habrá mandado meterme en éste "berenjenal".
Al cabo de cinco minutos, el del gorro verde me mira y dice:
-Ya está.Ya se ha terminado.
Después, en el coche de regreso a casa, me digo "ya está, es irreversible, no volveré a ser padre."

Este lunes me han hecho una vasectomía mientras el cirujano, mamón, canturreaba con los 40 principales a la vez que tenía en sus manos lo que os podéis imaginar...

Dicen que esta decisión tiene que ser meditada. Bueno, tanto la hemos meditado que desde que lo decidímos, hasta tener al de Bruce Springsteen merodeando cerca de mí, han pasado unos cuantos meses.
Por miedo, más que nada.
Ahora que Nando Caballero va a ser padre, yo renuncio a serlo más veces.
Yo que renuncio a serlo más veces, una pareja amiga tiene que ser inseminada "in vitro".
¡¡¡Qué mal repartido está el mundo¡¡¡

La información circula de hotel en hotel para que estemos preparados.
Hace unos días era uno de San Sebastián, ahora de Córdoba.
Y se llevan hasta la televisión, no contentos con los champús.

"Nos ponemos en contacto con vosotros para advertiros sobre dos individuos, que pasándose por empleados de una empresa de hierros gallega están estafando por donde pisan.
Estos individuos se han marchado de 4 hoteles de Córdoba sin pagar, y uno de Jaén, de éste último se llevaron la televisión del alojamiento que ocuparon.
Hacen la reserva para dos días y quieren que la factura vaya a nombre de Estructuras Metálicas e Hierros Santa Cruz; esta empresa es totalmente legal ya que se ha contactado con ella y efectivamente uno de los individuos fue trabajador de ella, pero le despidieron.
El nombre del sujeto en cuestión es ******, con DNI nº *******.
Se desplazan en un Audi matrícula de Burgos color plata.
Las reservas las hace un joven de 20 años, 1,75 m. de estatura, pelo rubio y delgado.
Su acompañante (el Sr. Serén) es de complexión gruesa y pelo negro rizado con entradas".

Ya veo todos los dueños de Audis color plata matrícula de Burgos tapándose la cara en los semáforos...

Después de haber dado una vuelta por Libro de notas y leer este post , no puedo dejarlo pasar sin recomendaros su lectura.
Artículo de Adolfo Ramírez Corona: San Juan, un socrático en Tierra Santa
Réplica de: Hernán J. González
Contraréplica de Adolfo Ramírez: Las preguntas de Pilatos

Son las 8,30 de la mañana. Estoy mirando la centralita telefónica de recepción y veo unas lucecitas parpadeando continuamente en los botones de las habitaciones 407, 412, 414 y 415.
Inmediatamente mi rostro cambia de expresión y me doy la vuelta a punto de soltar una carcajada.
Pienso, ahora les está sonando el teléfono taladrándoles el cerebro , je, je, je...He programado el despertador y cuando descuelguen solamente oirán una horrible música de hilo musical...
Ha sido mi pequeña venganza por el escándalo que montaron por la noche a nuestro compañero nocturno. Quejas de habitaciones vecinas a las 5 y media de la mañana de que había muchas risas y gente de juerga...
Que se rían ahora con esa música...
Que se jodan...
Y lo mejor es cuando vuelva a sonar a las 8,45...y a las 9,00...
Y si dicen algo cuando pasen por recepción, no se nada...alguna habitación que se ha equivocado...
Mi compañero nocturno y yo si que nos reiremos.
Es mi pequeña venganza.

Era joven, de unos 30 años y llevaba dos días en el Hotel alojado por motivos de trabajo ya que se dedicaba a la venta de enciclopedias, videos, etc. de una editorial famosa (digo el nombre: Editorial Planeta)
Para ello, alquilaban en el Hotel un salón, el cual acondicionaban para exponer sus productos.
Creo que ya sabéis como funciona esto: envían una carta a un montón de gente, preferentemente jubilados, diciéndoles que solo por venir a escuchar una pequeña charla se les regalará, a vd. señor, esta preciosa estilográfica, y a vd. señora, qué tal esta cafetera con sus dos tacitas de regalo...
Este chico estaba casado y tenía un hijo/a pequeño, lo sabíamos por comentarios que hacíamos con él en recepción.
Una tarde apareció acompañado de una chica, y después de dirigirse hacia el ascensor, dándose la vuelta dijo:
-Si llama mi mujer no le digas que estoy con mi secretaria ¿eh?
...
El primer pensamiento mio fue:
-Gilipollas...
Hay un tipo de personas que no soporto y es el que con aire de suficiencia piensa que estás a su servicio como un esclavo, te mira por encima del hombro con deferencia...y encima piensa que eres tonto...te minusvaloran constantemente...
Porque este hombre nunca había tenido secretaria, era un simple vendedor de Planeta...
Es curioso como este tipo de personas se crece cuando están con alguien que creen inferior a ellos en el escalofón. Creo que se sienten frustrados porque ellos son tratados inferiormente y a la mínima ocasión se desahogan con el que más a mano esté, en este caso era yo...
Mi segundo pensamiento fue hacia "su mujer" (no me gusta como queda aquí lo de "su")
En fin, creo que habrá vendido la tira de videos y enciclopedias usando ese "arte".

Comentando con Miguel sobre guitarras Fender , Eric Clapton y Blues, me he acordado cuando durante unos meses trabajó con nosotros, en aquella época de noche, un chico de una ETT (trabajo temporal).

Era muy aficionado a la guitarra y hacía sus pinitos en un grupo de rock de la ciudad.
Por la noche el trabajo bajaba de intensidad, así que nuestro chico Alberto, que era su nombre, sacaba su guitarra Fender Stratocaster de la funda y se entretenía durante las pausas tocando acordes y ejercitando el movimiento de dedos sobre el mástil de la guitarra. Sin enchufarla al amplificador, claro, la tocaba al aire.
Hasta me enseñó a mí algunos acordes de Pink Floyd que yo le decía para que tocara.
Esta guitarra era negra y él la llamaba "Blackie", según decía porque Eric Clapton así llamaba a la suya.
Pero un día se le ocurrió una idea:
En el hall del Hotel, así como en el restaurante/cafetería y en las habitaciones hay continuamente hilo musical con una música típica de eso mismo, de hilo musical. En recepción tenemos un micrófono que sirve para localizar a algún cliente que recibe una llamada, si está por ejemplo en el comedor desayunando...
Pues bién, no se le ocurrió mejor idea que quitar la clavija del micrófono y enchufar en ella la guitarra...
Hizo unas pruebas de volúmen en el amplificador del hilo musical....y empezó a sonar creo que eran unos toques de Jimi Hendrix por el hilo musical¡¡¡
Claro, aquello sonaba mejor que al aire y como era de noche y la cafetería estaba cerrada pues aprovechamos para subir un "poco" el volúmen...hasta que vimos que caía cascarilla de la pintura del techo, y era el volúmen tan alto que sonaba en los altavoces haciéndolos vibrar de una manera que hasta la escayola de alrededor se descascarillaba...
Lo mejor fue cuando nos dijeron al día siguiente que nos habíamos dejado encendido el hilo de las habitaciones por la noche y varios clientes se habían quejado que la radio estaba "muy alta y con música tercermundista" literalmente escrito...

Enrique era de esas personas que no hablan mucho pero que lo decía todo con los ojos. Bajaba a recepción por las mañanas y con un buenos días pasaba rápido hacia cafetería a desayunar. Después se sentaba a leer los periódicos del día durante horas, como la típica estampa esa de los detectives siguiendo los pasos de alguien con la vista en el hall de un Hotel tras un periódico. Enrique no perdía vista de todo lo que se movía en recepción. alguna vez nos contó que fue odontólogo (dentista) hasta que se jubiló.
Poco después su domicilio era el Hotel. Vivía en la habitación 103, era huésped permanente y poquísimas veces he visto a algún familiar de visita.
Me imagino a Enrique en la soledad de la 103, mirando el mar y recordando todas aquellas bocas que tuvo en sus manos y fresas...
La vida en el Hotel no le parecía nada mal, limpia todos los días, la habitación era acogedoramente amplia.
Pero qué solo se sentía.
De lo que más hablaba con nosotros era de fútbol. Le encantaba y no se perdía un partido televisado.
Enrique empezó a sentirse mal y no comer.
La última imágen que tengo de él es a dos enfermeros bajándole sentado en una silla, ya que la camilla no cabía en el ascensor e introduciéndole en una ambulancia. fué la última vez que le ví.
Poco después murió.
El día que lo hizo, se vió a algunos familiares en la 103.
A los dos días otro cliente ocupaba esa habitación.

Cuento la historia de Enrique porque alguien me comenta que en un Hotel de 4 estrellas se tiene que vivir "como dios"...No se...a Enrique yo no le veía muy feliz...Seguramente prefería de esa manera que no con un familiar o en un piso para él solo...donde todos éramos sus sirvientes y no sus amigos...
Pero pronto entró otro cliente y Enrique fué desdibujándose lentamente del edificio...

Había 10 ó 12 en un salón social del Hotel, hablando bajo y con caras de haber tragado algo amargo...
Eran Norteamericanos hace exactamente un año mirando un televisor cuya pantalla tenía las siglas CNN en su parte inferior derecha...
Pero también he visto Israelíes, Palestinos (menos), algún Iraní, Irakí no...
He visto...

Esta semana ha estado un director de cine famoso con su troupe de actores y actrices para promocionar una película en la ciudad.
Bueno, lo de los famosos en el Hotel se lleva bién. Es un cliente un poco especial, con sus manías, acostumbrados a que todo el mundo les sonría y les admire continuamente, y eso el ego lo tiene que notar.
Los camareros del bar detrás de ellos, el director de cine con su móvil de un lugar a otro del hall del Hotel, metiéndose al final en el comedor lleno de gente y hablando con aspavientos...una pequeña revolución que a nosotros nos viene bien como distracción, sobre todo cuando con voz gangosa piden que se les suba otro par de cervezas porque han vaciado el minibar, y un Marlboro a las tres de la mañana, según cuenta el de noche...
Curiosos tipos estos de la farándula...

Esta si que es buena. Llevamos trabajando juntos, no se ¿diez años? Le conozco como a un buen amigo y lo es. Paso más tiempo con él que con mi mujer...
Y me he dado cuenta que me engaña.
Así que no se que hacer, si decírselo o no. Porque si se lo digo se va a sentir avergonzado y cabizbajo me pedirá perdón...
Veréis, la historia comenzó cuando el pasado agosto y durante un día de fiesta en la ciudad nos encontramos y le ví de juerga...y con un puro en la mano.
-Pero S, cómo, ¿tú fumando?
-No, qué va. Medio purito y basta. Pero solo hoy.
Aclaro que dejamos de fumar los dos hace años.
Y en el trabajo estoy notando que fuma a escondidas para que yo no lo note.
Es curioso verle como aprovecha cuando tiene que hacer algo en otro sitio y desaparece durante unos minutos más de lo que lo hacía antes...y con ese olorcillo que sabemos...También coge un puñado de caramelos del mostrador y los come continuamente.
Y me pregunto, qué es lo que hace que una persona adulta actúe como un niño mentiroso solo por no reconocer que ha vuelto a caer en el vicio?
Es una persona equilibrada y sin grandes altibajos emocionales, los justos que tenemos la mayoría. Tampoco está pasando por una época mala en su vida, al revés, ha tenido peores. Entonces ¿Qué hago? ¿Se lo digo? ¿O me hago el "sueco" hasta que él decida hacerlo?
Es una situación incómoda.
Por cierto, ¿dónde habré dejado yo el cenicero?