Esta semana ha ocurrido lo más temido en un hotel: llega un grupo reservado a alojarse y nos damos cuenta que nos faltan 5 (CINCO) habitaciones: overbooking al canto.
Carreras, nervio, soplos, llamadas a otros hoteles, caras airadas, al final hemos desviado a otros hoteles a varias reservas que faltaban por llegar, buscando a clientes habituales nuestros ya que siempre es más fácil explicar una situación de este tipo a alguien de confianza que no a alguien con un cabreo de coj. por no tener esa habitación que ha reservado hace dos meses...
En medio de esta marabunta, llega otro señor diciendo que tiene reservada habitación, pero vemos que no aparece por ningún sitio esa reserva, no hay fax, papel, email, no hay nada, a duras penas le decimos que no se preocupe, le enviamos a otro hotel pero para mañana le guardamos la mejor habitación del hotel, esa en que durmió ese torero famoso, o en la que ha estado esta semana mismo esa presentadora de TV que conduce un programa de esos con sofás y gente dispuesta a sacar todos sus trapos sucios sin verguenza ninguna, al revés, se regodean de ello, serán reinas y reyes por cinco minutos y mañana famosos en la tienda del barrio...un momento, me voy por los cerros de übeda...El cliente al oir esto se calma y nosotros salimos un día más del paso...hasta la siguiente...

Hoy el experimento sigue con una persona de color (negro). Ha entrado preguntando por algo de comer, se me ha encendido la bombilla, y le he dicho que tiene ahí mismo, en frente, café, leche, azucar, etc...
Con sus ojos un poco asustados me ha contestado que el lo que quiere es comer, pero pagando, así que le he dicho que puede tomar toda la leche que quiera pero con una condición: que es gratuita.
Se ha quedado callado unos segundos asimilándolo, creo que pensaba en algo más sólido para zampar, y al final ha tomado una buena taza de leche calentita...

Anoto en mi libreta:
Excepción: Usado el material del experimento para alimentar a alguien que parecía necesitado...