Ha sido un día un poco movido, será para no aburrirnos.
Primero ha bajado un cliente diciendo que la habitación que le habíamos dado está ocupada por otra persona...bochorno y varias disculpas después no sabemos lo que ha pasado pero una habitación que teníamos ocupada en el ordenador, este mismo no se ha dado cuenta (también tendrán el día tonto los ordenadores...) y ha asignado la misma a otra reserva...aunque yo soy de los que piensan que el problema está entre la silla y el teclado ;-)
Luego han venido dos calvos holandeses (no tengo nada contra los calvos y menos con los holandeses) del genero "pesaditos", osea, cuanto cuesta la habitación, cuanto el desayuno, donde está el restaurante, tienen secador las habitaciones, etc., etc. pero a los cabroncetes se les ha olvidado la principal pregunta, LA PREGUNTA: ¿Admiten perros? y se les ha olvidado formularla, por lo que alguien les ha visto con el chucho y hemos tenido que, amablemente, "echarles". Estos calvos sostienen que en recepción se les ha dicho que podían tenerlo cuando es completamente falso, se han cabreado y se han marchado después de decir que tal vez no se les había entendido bien el inglés, pero ya nos sabemos las técnicas usadas, preguntan por todo menos por lo que realmente les interesa que es subir al can como sea.