Es un anciano de 80 años junto con un chaval de 14, mientra yo les observo agachados en medio de un verde prado cogiendo unos pequeños pajarillos de colores enredados en una red expresamente preparada para atraparlos.
Un minuto antes, ligeramente escondidos para no asustar a las posibles capturas, hablábamos de la posible lluvia que vendría tarde o temprano hasta que uno de ellos ha dicho:
-¡Atentos! Ahí vienen, silencio...
Y a continuación movía un cordel para que un pájaro atado con una cuerda a un palo que sube y baja, engañara a ese bando de jilgueros, que, efectivamente engañados, bajaban para entrar en el área que la red, una vez tirada la cuerda, caía sobre ellos.
Cuando he visto la cara que llevaba mi hijo, corriendo delante de mi padre para poder coger esos pájaros (era la primera vez que veía como se cogían), no he podido contener una emoción grandísima...
Me veía a mí mismo hace 25 años corriendo igual que mi hijo y con su misma edad al lado de mi padre que me enseñaba las artimañas del asunto...
Hoy hemos estado padre, hijo y nieto cogiendo unos simples jilgueros en un prado verdísimo, pasando frío, pero hacía mucho, mucho tiempo que no me lo pasaba tan bién...