Todos hemos visto esas columnas disciplinadas de japoneses con sus cámaras en las manos siguiendo al guía que les está dando explicaciones de todo.
Pues os puedo decir que adoro a los japoneses.
Veréis. Si algo teme cualquier recepcionista de Hotel es la llegada de un grupo grande de habitaciones, más de 20, por ejemplo. De repente el hall se convierte en un caos de gente, maletas, gritos, risas, demandas, preguntas, tienes que asignarles habitaciones, pedir pasaportes, DNIs, firmar un papelito cada habitación...un desbarajuste total.
Pues bién. MIs amigos los japoneses entrarán al hotel sin hablar. Mientras el gran grupo se queda en un segundo plano, el guía (que siempre traen un guía) se acercará al mostrador y después del "good.....lo que sea" colocará una carpeta encima del mostrador y te dará toda la relación de nombres con su correspondiente Nº de pasaporte, te hará un par de preguntas (generalmente donde es el desayuno y a qué hora, el estómago manda) y después de hacerse con todas las llaves, se dará media vuelta doblandose por la cintura con su típico saludo y olvídate de ellos porque inmediatamente informará a todo su grupo de todo lo hablado y desaparecerán hacia las habitaciones solo con el ruido de las ruedas de los equipajes de fondo.
Todo un espectáculo.
Nos facilitan el trabajo de una manera descomunal y no quiero ni pensar que será cuando mañana llegue el grupo de Sevilla que tiene que pasar aquí tres días.. Los grupos españoles es otra historia...se me pone la carne de gallina...Gritos, juramentos, cambieme de habitación que este ronca mucho, esta llave no me pertenece...maletas que se caen, risas, palmas, que dios me coja confesado.