*Fijaos en el título del post y después sabréis el por qué de ese plural.

Ha habido bronca. Y de las buenas. Esta vez el desencadenante de esta historia ha sido un can, que la verdad no se que raza era, sí en cambio de la raza que estaba hecho su dueño...
Era una pareja a la que amablemente un compañero ha indicado que no se admiten perros en las habitaciones explicando de paso que la razón es de higiene, pelos, roturas de cortinas, etc... También le indica que no hay ningún problema si lo deja en el parking, dentro del coche.
Se queda conforme con esto, deja al chucho en el coche y se va.
Pero claro, vuelve a las pocas horas, con caras nuevas tras el mostrador y no se le ocurre otra cosa a esta pareja que, a escondidas y dentro de un bolso grande que lleva ella, intentar llevarlo a la habitación.
No se dan cuenta que las caras nuevas de recepción ´son "perros viejos" que saben más por viejos...etc... y descubren el pastel.
Dejan que suban a la habitación para no dejarles en evidencia delante de los demás clientes y les llaman por teléfono. Nadie contesta. Segunda llamada un par de minutos después. Nada. Subo irritado ya que pienso que alguien que trata de engañarnos de ese modo está faltando a nuestro respeto y después de llamar a la puerta nadie contesta. Se oyen susurros y movimientos pero nadie abre. Repito la llamada a la vez que digo que me abran...
Por fín se abre la puerta y lo que recibo es una bronca sobre qué escándalo es este, llamadas por teléfono, en la puerta, voces, ruidos....vamos, que se defiende atacándome al darse cuenta que ha sido descubierto con el perro.
Le contesto como mi compañero le ha informado que en el hotel no se admiten perros pero sigue con lo de siempre, que no hace nada, que no ladra, que no defeca, que no mancha..(aquí estoy a punto de contestarle que es un perro muy raro si no hace nada de eso...).
Sigo insistiéndole que no puede estar el perro en la habitación y se cabrea un poco más optando por fin en salir con el perro, uno marrón no muy grande, tipo salchicha debajo del brazo.
Bajamos en el ascensor pero claro, el perro de cuatro patas no decía "ni mu" pero el de dos no paraba de hablar y quejarse, un hotel de esta categoría, qué rigidez, son unos soldados...hasta que viendo que los nubarrones se apoderaban de mí, cogí aire y le solté una perorata sobre falta de respeto a ese trabajador que está detrás del mostrador, que le ha engañado, que tenía que haberle consultado si podía tenerlo en la habitación y no introducirlo a escondidas...
Le puse el libro de reclamaciones delante de la cara, le ofrecí un bolígrafo y dije: una copia es para usted, otra para el hotel y la tercera para el gobierno...
Siguió con lo de soldado y rigidez pero con las hojas del libro de reclamaciones bajo el brazo...
Total: me dicen que al día siguiente cuando se marchó, no dijo nada, no comentó nada, no entregó las hojas del libro, nada de nada...perros...