Ha estado bien. Aunque eso lo digo ahora que ha pasado todo.
La historia comienza cuando, por sospechas, (¿he comentado alguna vez el 5º sentido del recepcionista?) vemos que la tarjeta cuyo nº hemos anotado del cliente nos parpadea con la frase: tarjeta denegada.
Este señor ha venido en coche, que está en el garage y tiene que pagar un día de hotel. Dice que no tiene dinero, pero que mañana pagará. No se le deja ir a la habitación. Se cabrea. recepción también. Dice que quiere sacar el coche. Se le contesta que no.
Todo esto aquí escrito es muy, muy cortito pero en la realidad supera la hora. Espectáculo en la recepción. Dice que quiere coger algo de la habitación. se le acompaña, coge un jersey y se va.
Vuelve al cabo de dos horas. Dice que quiere subir a la habitación pero como no se le deja entrar si no paga la factura pendiente, amenaza, además de decir que está enfermo y si le pasa algo es nuestra culpa, con que si me pilla "por ahí" me parte la cara. Le contesto que lo que tiene que hacer no es partirme la cara, sino dejar de ir a los hoteles sin dinero.
Ahora me amenaza con tumbarse en el sofá y así lo hace.
Sigue el espectáculo, llega un grupo de italianos, 8, y entre risas no hacen más que fijarse en el durmiente.
Se le llama a la policía, pero antes que lleguen, se levanta y se despide con un lacónico "Ya estaremos".
Este señor apareció a la semana de ocurrir esto, pagó y se fue.
¡¡¡ Los hay con jeta ¡¡¡