Aquello que dije sobre un colombiano tirado cerca de la puerta automática de entrada fué así:
Desde Recepción se oye el mecanismo de la puerta cuando el sensor detecta que alguien va a salir o entrar y las dos hojas se abren. Pues aquella vez no dejaba de oirse, se cerraba, se abría, volvía a cerrarse y volvía a abrirse. No es la primera vez que se fastidia, recuerdo mi pensamiento, y así se lo dije a mi compañero. Pero a la vez se oían unas voces que venían de la calle, así es que me asomé y lo que vi fue un hombre tirado en medio de la puerta, las dos hojas de la puerta que parecía desde la distancia que iban a guillotinarle la cabeza y varias personas intentando cogerle de los brazos y reanimarle...Vaya espectáculo, eran unos clientes del Hotel, de Colombia, y según decía uno de ellos, muy majo, que se había pasado con la bebida y que por eso estaba así. Me pidió un cubo de agua para limpiar toda la vomitona que había dejado en la entrada del Hotel, y así fue como el espectáculo se incrementó un poco más para regocijo de transeúntes, que veían a un hombre sin sentido en el suelo, la puerta que no paraba de cerrarse y abrirse, dos mujeres tirando de los brazos del "bebido", el recepcionista y otro colombiano tirando agua de unos cubos...en fin...bonito espectáculo.
Le pasará como a aquel que preguntó un día como había llegado al Hotel después de un breve recorrido por la parte antigua de la ciudad y sus bares...