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6º) "Homo hoteliensis susordenes"
Este ejemplar abunda en los hoteles por ser casi casi su habitat natural. Está acostumbrado a impartir órdenes, es Director General de no se qué Cia., y a su secretaria la tiene frita. Pero como no puede viajar con ella, las órdenes las va impartiendo a todo empleado del hotel que se cruza en su camino. Un dato importante de este especimen es que las palabras "por favor" no existen en su bocavulario.
-Súbame las maletas a la 203.
-Llame un taxi.
-Envíe este fax al 9999999.
-Reserve mesa para tres en el Argiñano.
Su secretaria se ha transformado en empleado de hotel.

7º) "Homo hoteliensis canalaire"
Aquí tenemos al individuo que generalmente llega acompañado de una "señorita", alegre él bajo la perspectiva futura, y que nunca, nunca jamás se queja por el precio, aunque le cueste un riñón.
Vienen riendo, y mientras el recepcionista rellena 2.000 formularios (eso piensa este especimen), abraza, besa, rodea la cintura de su acompañante mientras el empleado del hotel cree que a lo mejor cuando lleguen a la habitación ya es demasiado tarde.

8º) "Homo hoteliensis semicuerpo"
Queridos alumnos, (Sonia, qué pasa, ¿sigues arrascándote?) atentos porque llegamos al ente por antonomasia de un hotel. Se trata de ese individuo que nunca vemos entero, siempre sobresaliendo por encima de un mostrador lleno de postales y folletos de no se sabe qué lugares remotos. Siempre está hablando, si no es por un aparato en la oreja, por esa boquita que dios le ha dado. Lo sabe todo, pero todo, y el resto de especímenes de este tratado van directamente a él, no se sabe por qué razón, en cuanto una duda les corroe el pensamiento.
Nunca está triste, cosa curiosa, y no pierde detalle de todo lo que abarca su vista de lince, moviéndose parece ser por encima del mostrador de recepción como un patito de feria a quien hay que derribar con una escopeta.
Tiene la particularidad que cambia de cara según la hora que sea, pero no nos engañemos, es el mismo las 24 horas, los mismos movimientos, los mismos aspavientos con las manos para indicar no sé qué calle, izquierda, derecha, por aquí, por allí, cuando no sale nunca de su hábitat que son los escasos 8 m2 que ¿pisa?, no está claro todavía si tiene piernas o ruedas articuladas, sabe hasta leer el futuro porque ha predicho que no sé que día llegaría una tal Anne Igartiburu...
No sabemos todavía, queridos alumnos, como este ejemplar está aquí sabiendolo todo como lo sabe...

9º) "Homo hoteliensis nomefiounpelo"
No es muy frecuente pero de vez en cuando se deja ver. Si deja el coche en el garage y se le indica que tiene que dejar las llaves, su cara cambia radicalmente para negarse totalmente. Nada más llegar pide habitación con caja fuerte, y al entrar en ella (la habitación) cuelga inmediatamente el "no molestar".
Yo mismo vi uno un día, y era cuando sacaba la calculadora de su bolso de mano para comprobar que "Homo hoteliensis semicuerpo" y sus máquinas no le habían engañado al sacar la factura.
Nunca deja que el maletero lleve su equipaje, sobre todo ese bolso pegado a su cuerpo, donde, se cree, lleva dinero, documentos, y una foto de Miguel Bosé...

10º) "Homo hoteliensis cerrosdeubeda"
Este ejemplar es digno de mención en este tratado. Si llama porque quiere una percha más en su habitación, no se conformará sencillamente en pedirla sino que seguirá comentando que la necesita porque ha traído un traje que no quiere que se le arrugue aunque los armarios de la habitación son un poco estrechos y no como en el anterior hotel que eran más anchos y con mucho fondo aunque el resto de la habitación estás muy bién lo único un poco más de luz en la cabecera de la cama porque sabe usted me gusta leer un poco y necesito una luz cerca porque tengo la vista un poco cansada ayer estuve en el oculista y me dijo que no forzara la vista sabe usted...
Y así hasta el infinito, seguirá con su perorata.
Yo mismo estuve presente en el estudio de un ente de este tipo, cuya característica fue que al interesarse por una reserva un día concreto, terminó hablando de la idiosincrasia del especimen habitante en Estados Unidos y su incultura extraordinaria, etc, etc, etc...